lunes, 24 de octubre de 2011

La Madre y el Hijo Ladrón


Antero Duks



Tenía una mujer un hijo que, cuando era pequeño, robaba en la escuela cosas de poco valor, sin que jamás le reprendiese ella.



El niño, a medida que crecía, iba haciendo robos de mayor consideración y nunca fue reprendido por su madre.



El niño se hizo adulto y un día fue hecho prisionero y condenado a muerte, y al ser llevado al suplicio, su madre iba detrás, llorando y dando grandes gemidos. Como última voluntad, el hijo pidió a los guardias que le permitiesen despedirse de su madre y, accediendo a ello, se acercó con presteza al oído de ella como si quisiese decirle algún secreto, pero, lleno de rabia, le arrancó la oreja de una mordida.



Todos le recriminaron por tan inicua acción, y el hijo exclamó:


-Esta mujer es la causa de mi desgracia, porque si al primer robo que cometí me hubiese castigado, no iría yo ahora a morir.

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