Un ejecutivo había llegado a su casa aquella noche, como siempre, con la cartera repleta de trabajo pendiente. Cuando su hijo de seis años se dirigió a él con ganas de jugar, se le ocurrió una idea: tomó un periódico, y con unas tijeras, recortó una fotografía del mundo en pequeños trozos. En seguida le dijo a su hijo: "Ve reconstruyendo el mundo, y cuando termines, jugaré contigo"
Naturalmente, el padre pensó que aquella tarea le llevaría horas, pero en unos breves minutos su hijo fue a buscarlo. Sorprendido, le preguntó cómo había conseguido recomponer la fotografía en tan poco tiempo.
"Ha sido muy sencillo, papá - le respondió el niño -. Del otro lado de la página del periódico había la fotografía de un hombre. Uní las piezas del hombre y el mundo quedó bien".
Moraleja: El mundo siempre está en orden; lo que no lo está es el hombre, son las personas
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