Hay una historia muy instructiva sobre un hombre que murió y subió al cielo.
Había tenido una vida larga y recta y, después de morir, se encontró camino de ese portal luminoso que da acceso al cielo. Al aproximarse distinguió una serie de personajes representativos del espíritu: Buda, Cristo y su madre María, San Pedro, Mahoma, Krishna, Moisés y demás formaban parte del comité de bienvenida.
Al irse acercando, se dio cuenta de que había dos filas frente a las puertas del cielo, una de las cuales se extendía a lo largo de varios kilómetros, mientras que en la otra aguardaban sólo tres o cuatro personas. Intrigado por la razón de la existencia de dos filas, se aproximó a San Pedro y le preguntó:
- Por favor, ¿puede ayudarme? Veo que hay una fila muy corta y otra enormemente larga, y no sé muy bien en cual de las dos debo ponerme. ¿Por qué unos esperan en la corta y otros en la la larga?
A lo que San Pedro respondió:
- Bueno, en la fila corta aguardan los que desean experimentar el cielo.
"¿Y en la larga?", preguntó el hombre.
- Ah -respondió San Pedro-. En esa esperan los que quieren estudiar el cielo. Quieren aprender acerca de él. Vienen a tomar notas.
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